Carta del patronato

carta del patronato

Somos una entidad todavía muy nueva. Modesta en nuestros recursos, pero ambiciosa en nuestros objetivos. Nacimos para contribuir a erradicar la pobreza en el mundo. Y en los países en desarrollo todavía existen niveles intolerables de pobreza e injusticia.

Sabemos dónde estamos y quiénes somos. Somos un grano de arena en la playa frente a la inmensidad del océano. Todo lo que hagamos será poco frente a esa tarea ingente que es combatir la pobreza. Pero todo lo que gracias a vosotros hacemos es muy importante. Todo lo que estáis haciendo en muy, muy importante.

Queremos ir poco a poco, para ir aprendiendo en el camino. Pero ir yendo. Empezar a trabajar. Pasar de la reflexión a la acción. Sabemos que, para lograr nuestros objetivos, tenemos que perseverar en nuestros esfuerzos y concentrar nuestras actuaciones. Nuestra estrategia consiste en reforzar el compromiso con nuestros socios locales. Nuestra estrategia es ir creciendo junto a ellos.

Trabajamos con la mirada puesta en el medio/largo plazo, y la continuidad en la colaboración y apoyo a nuestros socios locales. Trabajamos prioritariamente en las zonas rurales, olvidadas por el “progreso y el desarrollo”. Normalmente es ahí donde viven las personas más vulnerables. Ellos son los protagonistas de nuestras historias, y sus necesidades son nuestros objetivos. No podemos estar en todos los sitios y en todos los campos. Por eso, centramos nuestros esfuerzos en unos pocos proyectos. Y siempre alrededor de las necesidades más básicas: salud e higiene, alimentación y nutrición, capacitación y formación, agua y saneamiento, etc.

Aprendimos desde niños que una de las mayores maldades de la humanidad es la indiferencia. También aprendimos, gracias a Don Miguel de Unamuno que “nada humano nos es ajeno”. Los problemas de cualquier ser humano, son los problemas de todos los seres humanos. La pobreza de un ser humano, es nuestra propia pobreza. No podemos permanecer indiferentes ante la pobreza, la desigualdad o la injusticia. Sencillamente porque no podemos ser ni somos indiferentes ante la vida. Ante la vida de otros seres humanos como nosotros, pero que no tuvieron las oportunidades que nosotros hemos tenido. No es una cuestión de caridad. No es sólo una cuestión de seguridad. No es sólo una cuestión de intereses económicos. No es sólo una cuestión de solidaridad. Es una cuestión de agradecimiento. Agradecimiento a la vida que nos ha dado tanto.

Ignacio Martos Oneale

Firma Ignacio